Si uno se detuviera a pensar en el significado de una "cuenta regresiva", se daría cuenta de lo poderosa que esta es.
Ante todo, está el factor expectativa; puede ser fatídica como el saber la cantidad de días que le restan a uno para vivir, el ver llegar indefectiblemente el vencimiento de los días para saldar una deuda que no podrá ser honrada; o emocionante como el conteo antes del lanzamiento de una misión espacial o el inicio de un evento que esperábamos con pasión.
El hecho es que una "cuenta regresiva" trae implícito un acontecimiento de grandes dimensiones, uno tan importante que requiere, en su propia naturaleza, una forma de medir cuánto falta para su ejecución; nos confiere de un tiempo medible y limitado para prepararnos para la circunstancia, buena o mala, y de esta manera nos cambia súbitamente la perspectiva del mundo.
Es fácil perderse y divagar en un tiempo no medido que fluye continuamente sin esperar nada, es fácil dejarlo todo para después y perderse en la ilusión de que siempre habrá más tiempo para actuar; sin embargo, esta subjetividad optimista se pierde cuando se establece una fecha tope, un plazo que se cumplirá inevitablemente; en tal escenario los días tienen límite, las horas tienen fin y cada minuto cuenta; no hay tiempo para distraerse, no hay tiempo para nimiedades, el plazo está allí y el reloj avanza imperturbable.
En principio, la "cuenta regresiva" expresa esperanza; supone que estaremos ahí cuando termine, y desde ese punto tiene una connotación positiva. Por otro lado, nos brinda la oportunidad de prepararnos ya que sabemos que lo esperado ocurrirá y, gracias a la cuenta, podemos saber cuánto falta para ello; no podemos hacer nada para cambiarlo, pero lo vemos llegar y por ende podemos adaptarnos.
Por ejemplo, sabemos que en poco más de seis meses será año nuevo y tenemos todo este tiempo para preparar nuestra ropa, nuestra casa, nuestra cena y quién estará a nuestro lado para recibirlo de la mejor manera posible; en ese caso si empezáramos la cuenta el 31 de Diciembre quizás podríamos aspirar a preparar la cena y limpiar un poco; por otro lado si la empezáramos a las 11:59 PM, como mucho podríamos ver a quién abrazamos primero.
Eso es lo interesante de la "cuenta regresiva", nos dota de responsabilidad sobre nosotros mismos (lo cual es igualmente maravilloso y terrorífico) y nos brinda, en su particular manera, control sobre la constante incertidumbre que es el vivir.
Además, ¿no es acaso la vida misma una cuenta regresiva hacia su propio final?
Siendo así, carpe diem.
MaTT
P.D.: En este momento cursan sobre mí, algunas cuentas regresivas ineludibles (siendo la más feliz, mi cumpleaños que se aproxima en 29 días, no se olviden). Por lo pronto, dejaré todo en orden, lo que incluye este anacrónico blog en la época del TikTok, su diseño, contenidos, gestión y la inesperada cantidad de comentarios que ha recibido en todos estos años de ausencia. The ONE MaTT ha vuelto a casa.