Martes 13: La misteriosa historia de la mujer sonriente

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Lo que voy a contarles es un hecho de la vida real... y sí, yo sé que hoy no es Martes 13, pero da igual, total esto tampoco me pasó el Martes 13 sino el Lunes 12 (si mal no recuerdo).

Ese día no había ido a trabajar ya que me habían cambiado el turno, no me quejé porque era una oportunidad para ver el Mundial; pasé mi tarde viendo partidos y avanzando tareas; como era usual en mi época de desempleado, me bañé y me preparé para ir a mi clase de Tópicos Avanzados de Mercadotecnia.

Para esto, hacía algunos días que tenía la intención (y la idea) de escribir otro libro más (he escrito varios, pero no los he publicado por problemas con las patentes, ya que me parecen trámites muy engorrosos y me da una flojera inmensa hacerlos... cualquier día me decido y los publico todos, pero eso merece otro post), pues bien, mientras me bañaba pensaba en detalles de la trama, ponía nombres a los personajes y pulía el plot de la historia, mientras me cambiaba otro tanto, no podía sacarme el libro de la cabeza, ordené mis ideas y antes de darme cuenta ya estaba listo para irme a la universidad.

Luego de las respectivas despedidas con mi familia bajé a la puerta, salí al patio y sin poder quitarme personajes, lugares y diálogos de la mente caminé hacia la reja que finalmente daba a la calle... abrí la reja aún ensimismado en mis pensamientos y aparecida de la nada, una chica, cuyo rumbo era el contrario al que yo debía de tomar, pasó frente a mi... una chica que nunca había visto en mi vida, ¡y qué linda era!... joven, de aproximadamente 1.70 de estatura, piel clara, con cabello castaño y largo, facciones delicadas y fina silueta, esta primorosa visión me sacó de mi mundo imaginario durante un momento, la vi a los ojos como suelo hacer para intimidar a la gente y obligarlos a inclinar el rostro ante mi pero ella no se amilanó, me devolvió la mirada y me clavó en las pupilas sus preciosos ojos pardos, juraría que ese instante fue eterno aunque sé que no duró mas que uno o dos segundos... no podía creer lo que veía, ella me había contestado la mirada sin ningún temor y en cámara lenta me sonrió.

Si su presencia y su mirada fueron suficientes para sacarme de cuadro, su sonrisa me desbarató completamente; en ese instante el tiempo se descongeló y emprendí camino hacia mi paradero, el cual (como mencioné antes) estaba en la dirección opuesta a la que ella había tomado, mis personajes y mundos de ficción volvieron a mi mente y caminé unos cuantos pasos, pero ahora la imagen de aquella chica pasando y sonriéndome me perturbaba, se hacía cada vez más grande, la curiosidad se hacía inevitable, ineludible, impostergable, a tal grado que no me pude contener más e hice algo que nunca hago... volteé completamente para ver a donde se dirigía, a donde iba, que hacía por allí... y sorprendido vi que no había nadie.

Incrédulo, caminé otros dos pasos y con la confusión de aquel que cree haber encontrado un oasis y se topa con que era un espejismo, volteé nuevamente... vacío, silencio, soledad, ella había desaparecido; me froté los ojos con desespero, aún sabiendo que sería inútil, la busqué con la mirada en toda la calle y no la encontré, se había desvanecido de manera espectral... di media vuelta y continué mi camino, muy dentro de mi, con cierta melancolía curiosa, estaba seguro que jamás la volvería a ver.

FIN

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