No me gusta el verano porque contiene las cosas más aborrecibles del mundo en un período de tiempo muy corto.
No me gusta el verano porque el bochorno es insoportable y no provoca trabajar bajo el sol, porque el calor obnubila las ideas de las personas, no me gusta el verano porque en invierno si tienes frío siempre puedes cubrirte más, pero para desnudarte tienes un límite (sobretodo si es en público) y porque el sol hace que todos suden más y por ende apesten aún más, no me gusta el verano porque es terrible la sensación de cruzarte con una chica hermosa en la calle y notar que huele peor que tú en tus más febriles días.
No me gusta el verano porque todo el mundo se vuelve más activo y propenso a hacer estupideces (como la marcha multitudinaria con todo el mundo vestido como empleada), no me gusta el verano porque el excesivo calor provoca que las hormonas de los hombres se hiperactiven y como consecuencia hay
más abrazones,
más arrimones, y otras especies de sátiros se multiplican en abundancia; no me gusta el verano porque a causa de la explosión hormonal surgen muchas parejas que no pasarán de tener más que algunas
summer nights y luego se odiarán para siempre; no me gusta el verano porque los hombres se vuelven más mirones y las mujeres más exhibicionistas y porque en vez de ir a la playa para divertirse sólo van para ver (o para mostrar según sea el caso) aquello que de otra manera no podrían.
No me gusta el verano porque el verano es sinónimo de playa, y playa es sinónimo de arena que te quema los pies, de agua apestando a rayos, de sol destruyéndote la piel; no me gusta el verano porque a todos nos afecta, porque los blancos se pelan y los negros se ponen morados; no me gusta el verano porque Agua Dulce se llena de gente desagradable y Asia se llena de gente insoportable; no me gusta el verano porque convierte un ligero paseo por la playa en algo equivalente a pasear por el mostrador de una carnicería, donde vemos a las personas más deformes y asquerosas mostrar todas las lonjas y recovecos fétidos de sus hediondos cuerpos; no me gusta el verano porque significa que
Mamá MaTT va a venir de nuevo con su alharaca médica a intentar que me ponga bloqueador cada vez que salgo a la calle, cosa que detesto.
No me gusta el verano porque todos están en la onda
fitness y las mujeres que no son gordas se ven gordas, y las que son flacas también se ven gordas, y las que son gordas se ven regias y van a la playa con diminutos bikinis que a nadie le interesa ver, no me gusta el verano porque cambiamos el café caliente, el chocolate y la pizza, por juguitos naturales, ensaladas y cebiche (que dicho sea de paso, tampoco me gusta).
No me gusta el verano porque provoca que todas aquellas criaturas desagradables escondidas en los habitáculos y escondrijos más inesperados salgan de sus madrigueras y aparezcan de súbito cruzando mi adorada ciudad llevando su cebiche en bolsa, su olla de tallarines y su sopa en termo; no me gusta el verano porque significa que tendré que ver a los hijos de esta gente lanzándose bolas de arena como salvajes, envolviéndose en yuyos y lanzándole pelotazos a todos los que pasan por allí; no me gusta el verano porque significa el retorno de criaturas mitológicas como el vendedor de sanguches de pollo, el vendedor de chicha morada a un sol y los improvisados vendedores de helados de marcas que jamás existieron y que (sólo Dios sabe) de qué están hechos.
No me gusta el verano porque estos inferiores, infelices e infames ensucian las playas y contaminan el mar con sus pestilencias, no me gusta el verano porque los niños joden a los cangrejos, se pelean por los muy-muys y destruyen los caracoles mientras que los adultos llenan todo de basura.
No me gusta el verano porque los carnavales son en verano, y los carnavales son sólo fiestas consagradas a la salvajada para que cualquier ciudadano de tercera clase salga a meter mano bajo la excusa de pasarla bien, no me gusta porque estos gusanos infértiles disfrutan repasando sus asquerosas garras sobre ¿inocentes? secretarias, estrellando globos al transporte público y porque piensan que todos somos partícipes de sus endiablados juegos.
No me gusta el verano porque es en verano cuando se consume más cerveza y cuando debutan las nuevas marcas, no me gusta el verano porque significa que habrá fiesta y borrachera en la playa, porque la gente se olvida rápidamente que fueron todos buenos en Navidad y se dedica por entero al vicio desmedido y al placer descontrolado.
No me gusta el verano porque en verano salen todos los insectos y pululan indetenibles por los rincones más insospechados; no me gusta el verano porque las especies mayores como los perros, se encuentran sufriendo por tanto calor y son incapaces de quitarse la pelambrera que los cubre dedicándose a descansar sobre su panza todo el día mientras sacan la lengua y respiran en agitada desesperación.
No me gusta el verano porque todos se visten igual (y es que no puede haber mucha diferencia en la vestimenta cuando se usa poca ropa) y porque mis famosos abrigos y casacas de cuero quedan inutilizables a causa del ardiente clima.
No me gusta el verano porque las piscinas se convierten en basurales humanos similares a inmensas ollas cocinando un caldo de gérmenes público a los que asisten en su mayoría parejas calentonas y niños meones.
No me gusta el verano porque simboliza el fin de todas las relaciones amorosas que he tenido hasta la fecha, no me gusta el verano porque mi cumpleaños es en invierno, no me gusta el verano porque durante estos meses mis duchas con agua hirviendo se ven anormales (y son definitivamente menos placenteras), no me gusta el verano porque mis programas favoritos se van de vacaciones y es precisamente cuando tengo más tiempo de verlos (deberían ir de vacaciones en invierno cuando no tengo tiempo de ver televisión).
Y sobretodo, no me gusta el verano porque a todo el mundo le gusta, y como de costumbre, ellos se equivocan mientras yo tengo la razón.
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