La Noche de San Valentín

Todos los años hay un día en que el amor está en los aires, un día en que las parejas salen a exhibir su amor por las calles, un día en que todo es alegría y felicidad, y todos los años hay un sujeto al que le pasan cosas bastante extrañas... y este año no fue la excepción.

Verán, sobre mi recae "la maldición de San Valentín", es decir, siempre, siempre, siempre en San Valentín pasa alguna cosa extraña que me impide "celebrarlo" como el resto de los mortales, y ya tengo el antecedente de que mis relaciones se terminan en Enero y generalmente acabo peleándome durante Febrero y Marzo... en fin, esa es otra historia que no compete contar y que algún día saldrá publicada en mi página personal, volvamos al tema, el día de ayer no sólo no tenía con quién pasarlo sino que tenía clase de recuperación y hasta las 11 de la noche, así que luego de alistarme partí hacia allá.

Resumiré todo lo que hice desde que salí de mi casa hasta que acabó la clase, salí, compré caramelos, vi parejas besándose por todas partes, refunfuñé, vi más parejas besándose, refunfuñé más, caminé hacia la universidad, entré, me quejé, mostré una obra maestra, me quejé más, invité los caramelos, entré tarde a clase, entendí todo, y salí.

El punto viene a la hora de la salida... salí con mi compañero de clase y socio de negocios Erick Masters (a quien llamaré "El Cuajinais" en el resto de este post ya que me pidió que así lo hiciera), sin embargo, y gracias a la cantidad de líquido que había bebido, tenía ganas de ir al baño... mientras caminábamos hacia el óvalo Miraflores le comenté... "Cuando lleguemos me esperas que voy a ir al baño público", el asintió, hasta ahí todo normal, pero cuando llegamos al susodicho óvalo... TODO ESTABA LLENO, parejas por la derecha, parejas por la izquierda, parejas, parejas y más parejas, chicas con rosas, con flores, con globos, hombres con cara de molestia por los gastos, chicas diciendo "te quiero, te amo" y hombres pensando "¿a qué hora le digo para tener sexo?"... el óvalo, otrora desierto ahora estaba lleno de miel y rosas, situación insoportable... ahora no sólo necesitaba ir al baño sino que estaba pensando como echar a toda esa gentuza de MI óvalo.

Caminamos rápido hacia el baño público, ver a dos amigos solteros caminando por ahí sería un espectáculo bastante extraño... y aunque él tiene enamorada (claro, la recordada Charito Stratus), ella no podía salir ese día, en fin... estábamos a pocos metros del baño público y notamos que no sólamente habían parejas, sino también grupos de chicas sólas que se veían bastante interesantes... pero primero había que arreglar un problema, el baño, llegamos finalmente y... desastre, el baño estaba cerrado, necesitábamos un plan B, El Cuajinais de inmediato sugirió... "¡El KFC!", mala idea también, estaba lleno.

Le sugerí ir a ese simpático y corriente local donde venden los sabrosos "sanguchones", caminamos hacia allá, más parejas, más chicas, llegamos y el local estaba lleno, de hecho estaba rebalsando, gente hasta por la pista... "Infelices" pensé... necesitábamos otro plan, ya estaba haciéndoseme incómodo estar dando vueltas por ahí con mi amigo (a quien quiero mucho, pero de forma no gay), volvimos hacia el baño público, esta vez por el medio del óvalo... por el camino se nos ocurrió... "Hay que crear salvajía" (Nota del Autor: Cuando El Cuajinais y yo decidimos crear salvajía, agárrense todos), y mientras volvíamos al baño empezamos a hacer comentarios divertidos (léase: ofensivos, crueles, satíricos, y sobretodo chistosos) acerca de las parejas que pasaban, acerca de las cosas que vendían, asegurándonos siempre de que todos los que estuvieran a nuestro alrededor nos escuchasen.

Al ver que el baño público seguía cerrado, se nos ocurrió otra brillante idea... "¡Al Cine!", caminamos hacia allá, es natural que se nos vería extraños a ambos entrando al cine en una noche como esa, así que desde la entrada nos preocupamos de improvisar una varonil conversación a voz en cuello que reproduciré a continuación (las partes con mayúscula las dijimos a gritos).

El Cuajinais: ¿Estás seguro que LAS CHICAS te dijeron que nos iban a esperar aquí?
MaTT: Sí, LAS CHICAS, deberían estar por acá en este momento.
El Cuajinais: Lo sé, porque se mueren por nosotros... LAS CHICAS.
MaTT: Yo sé que en cualquier momento vamos a encontrar a LAS CHICAS.

Durante todo ese lapso dimos la vuelta por todo el cine, para notar que no había ningún maldito baño... así que tuvimos que salir.

El Cuajinais: Parece que LAS CHICAS no están.
MaTT: Vamos afuera, probablemente LAS CHICAS nos esperan en el Óvalo.

Y salimos rápidamente a buscar a las chicas.

Luego de todo ese recorrido bizarro y fácilmente malentendible, tuvimos la mejor de las ideas hasta el momento... "¡Volvamos a la Universidad!" y así lo hicimos.

El camino de vuelta no tuvo mayores sobresaltos... excepto por una chica bastante abundante que estaba delante de nosotros tomada de la mano con su enamorado...

El Cuajinais: Hey MaTT, mira esa chica...
MaTT: ¡NO!, No miraré nada, no codiciarás a la mujer de tu prójimo...
El Cuajinais: Pero tiene un motorcito...
MaTT: ¡NO!, y no te copies de las frases de nuestro viejo amigo Nodo.
El Cuajinais: DAMN!

Finalmente llegamos, en la entrada tuve un choque con una chica que justo iba saliendo de la universidad (y que me pareció sospechoso, juraría que intentó abrazarme)... y luego al baño; cuando íbamos de salida del baño, un tipo a quien nunca en mi vida había visto nos miró de forma extraña y desagradable, así que apuramos el paso.

Salimos por la vía expresa para no encontrarnos con ninguna pareja, pasó una chica llorando, quisimos ofrecerle un pañuelo y ayudarla (de forma caballerosa, eso sí) pero mientras lo buscábamos y notábamos que no teníamos ninguno, ella había desaparecido (si algún día lees esto, créeme que quisimos ayudarte), más adelante pasó un tipo bastante mal vestido...

El Cuajinais: ¡¡Ése es el que la hizo llorar!!
MaTT: ¡Vamos a pegarle!, total tengo ganas de pegarle a alguien...
El Cuajinais: Pero está un poco grandecito.
MaTT: . . .
El Cuajinais: Ya tú le pegas...
MaTT: No espera, míralo, es sólo un niño...
El Cuajinais: Casi le pegamos a un niño inocente...
MaTT: Jojojo.

Finalmente, cuando llegó el momento de separarnos e ir cada uno para su casa, él sugirió... "Vamos a comer algo."... Y así lo hicimos... luego la caminata hacia el paradero, la espera, tres chicas que pasaron, una que volteó a mirarnos, la discusión...

El Cuajinais: Me estaba mirando A MI...
MaTT: No torpe, me miraba A MIIII
El Cuajinais: A MIIIIII
MaTT: A MIIIIIIIIIII

Y el carro correspondiente, calabaza, calabaza cada quien a su casa.

Como pueden ver, fue una noche de San Valentín bastante bizarra, extraña, curiosa, una noche para demostrar que dos amigos pueden salir tranquilos de casualidad y ser tremendamente viriles, una noche en que una sarta de enamorados pestilentes a chocolate (MMM CHOCOLAAATE) invadió nuestro óvalo y nos hizo turistas extraños de nuestra propia tierra.

Tags: Noche, San, Valentín, MaTT

MaTT

P.D.: Les apuesto que para el próximo 14, la mitad de enamorados que salieron ese día ya ni siquiera van a querer verse la cara.