lunes, setiembre 19, 2005

El Ave que cambió mi historia

Ver "La Paloma de Viernes Santo" para recordar algunas cosillas...

Así como en un Viernes Santo viví la muerte en frente mío... ayer Domingo, fue un semi Domingo de Gloria... porque me llegó la oportunidad de la reivindicación.

En la noche, a eso de las 8, salí para cerrar la puerta y allí estaba, aterida, aterrada y arisca... una paloma, esta más pequeña que la anterior, era una torcaza bebita a diferencia que la de Viernes Santo que era una cuculí... mi primer pensamiento cobarde fue "la dejaré allí, no quiero que me pase de nuevo."

A las 8:20 tocaron el timbre... era Margarita (la chica que cuida a mi abuelita) regresando tarde, sin embargo esta vez su tardanza fue útil ya que al abrir la puerta, la paloma aprovechó para entrar... no opuse resistencia a que se quede en mi casa, porque ella la eligió y no quería cometer más errores... el hecho que ella entrara por sí sóla fue el pequeño empujón que la naturaleza me dio para la reivindicación.

Por motivos desconocidos ayer no pude dormir, sólo dormí una hora de 3 de la mañana a 4, no pude más... me levanté, y empecé a hacer cualquier cosa para pasar el tiempo... puse la imagen del elefante para hacer sonreír a alguien aunque sea, quería empezar bien la semana; a las 9 de la mañana de hoy, o sea hoy... llegó mi mamá, y mi camino a la redención empezó, ella sugirió nuevamente que había que dejar a la paloma en el patio, esta vez no callé, me opuse fervientemente y logré salirme con la mía, el avecita se quedó.

Luego de meditar por un momento que iba a hacer; fui, mandé el orgullo al diablo y llamé a esa persona que mencioné aquella vez, esta vez me costó mucho más decidirme que en el Viernes Santo, pero valió muchísimo más la pena; hablamos por un rato y me dijo que sacar a la paloma habría sido el peor error porque habría sido atacada por sus congéneres, me dijo que la tenga adentro y que la cuide, me dió algunas indicaciones que me aseguré de memorizar y luego colgué... había vencido la segunda prueba.

Me aprestaba para dormir cuando un timbrazo telefónico invadió la casa, me llamó ella... luego de 8 meses de mutismo absoluto y esfuerzo vano de aislamiento, intercambiamos 2 llamadas en un sólo día, ofreció venir a mi casa a ayudarme, sin saber bien que hacer, acepté... porque me importaba más la vida de la paloma que cualquier otra cosa en ese momento.

Ella vino, nos encontramos, hablamos, caminamos, llegamos y atendió a la avecita, me dijo entre otras cosas que la paloma no tiene ni 1 semana de vida, está muy sana y fuerte, aparentemente es macho (le quería poner de nombre Pitbull...xD, pero mejor le puse Arroz) le enseñó a comer, me enseñó a alimentarla y a darle agua (es más difícil de lo que parece eh), luego de atenderla por unas horas, la acomodamos en mi sillón arropándola con una tela y la dejamos tomar un descanso.

Ella tenía que irse, poco a poco iba a volviendo la amistad de antaño... ah, los viejos tiempos... me ofrecí a acompañarla hasta la puerta, y eso hice, la acompañé hasta la puerta del carro donde tenía que irse... pero eso fue después de que camináramos de vuelta por todo Javier Prado contándonos lo que habíamos hecho; en el Óvalo Miraflores la conversación fue clave, ambos tuvimos que enfrentar lo que no queríamos enfrentar, yo en especial tuve que enfrentarme a mi mismo, tuve que enfrentar mis deseos de ser piedra...

Los detalles de la conversación me hicieron notar que no tenía caso estar peleado... las lágrimas empezaron a salir por parte de ambos, fue una conversación disfrutable aunque dolorosa, una conversación con un dolor purificador, un dolor que ennoblece, un dolor que elimina los más grandes errores cometidos, si ustedes vieron 2 personas llorar en una banca del óvalo Miraflores... éramos nosotros.

Luego del llanto, de la purificación, de la redención, vino el abrazo de la reconciliación, el beso en la mejilla del amigo que siempre estuvo allí pero nunca nos quisimos dar cuenta, un abrazo largo... tierno... memorable... un abrazo emotivo con el que terminó una etapa de mi vida, un abrazo bañado en lágrimas de ambos, un abrazo en el que la amistad se abrió paso entre las piedras.

Gracias a un avecita que esta vez vivió, una amistad que renació, y una amiga que retornó... el final de esta historia fue feliz... luego del respectivo perdón que nos merecíamos mutuamente y a nosotros mismos, empezamos a recordar los viejos tiempos... los geniales viejos tiempos... nos miramos a los ojos, nos abrazamos nuevamente como confirmación y yo le dije... "Vamos"... ella me sonrió, nos pusimos de pie y nos fuimos... a fabricar nuevos viejos tiempos.

El Señor Actúa de Formas Misteriosas.

MaTT

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuesta mostrar tu lado sensible y vulnerable como dices tú pero cuando lo haces al menos a mi parecer te ves mas humano y permites conocer una faceta tuya que quizás nunca nadie ha imaginado. Respecto a la historia ¿que quieres que te diga?... simplemente hermosa y ejemplar, ocupaste las palabras justas y adecudas. Realmente excelente historia, podría decir muchas cosas pero resumo con que es realmente excelente.

Anónimo dijo...

bue'' matt... es una historia real y es eso lo que mas valoro... linda, limpia y bien escrita... me gusto mxo =)... que beuno que el avecita te diera suerte... algo de especial tiene... ojala todos tengamos alguna vez una.
SALUDOS.

Anónimo dijo...

ya te dije que mucho no puedo opinar, es una experiencia creo que hasta sierto punto privada y bien manejada XD, solo eso.

xxx dijo...

que elefante?
yo lei un cuento que se llamaba la paloma. me gusto mas tu post que el cuento.

ser mejor que yo es facil. no le veo el merito publicitario.

MaTT dijo...

Todo es cosa de como se venden los pandas.

Gracias a todos por los comentarios y saludos :D

MaTT

Anónimo dijo...

Matt, te felicito por la palomita , pero por fa , cambiale el nombre tan extravalario que le pusiste cuidado y lo cocinas he , pensando en es un pollo de verdad.