El Aguafiestas

Hoy (o mejor dicho ayer) fue el cumpleaños de mi amigazo Erick Masters, al igual que todos los años hizo una fiesta en una discoteca local, y al igual que todos los años (los años impares) asistí a ella; es bien sabido que lugares así no son mi ambiente natural, ¿qué me pasó?, lo relataré a continuación (lo más resumido posible).

Había quedado en encontrarme con mi amiga, la Marquesa de San Borja, a las 4:30... me disponía a salir del trabajo a las 3:00 pero cuando me di cuenta eran las 3:30, apenas salí volé a dejar unos documentos a la universidad, hubieron incidentes difíciles y llegué allá recién a las 4:30, algunos de mis amigos ahí me invitaron a pasar una divertida tarde jugando Monopolio (recuerden este detalle) pero yo tenía un compromiso, para cuando llegué a la casa de la Marquesa eran ya las 5:30, conversamos, nos reímos, conversamos más, nos reímos más, lo de siempre.

Un mensaje de texto definió mi futuro inmediato, por indicación expresa del buen Erick Masters la Marquesa tenía la OBLIGACIÓN de llevarme a la fiesta, opuse un poco de resistencia, pero la verdad es que yo no tenía nada que perder... como me encuentro en un momento relativamente triste y tenso (como lo deben estar imaginando, es por culpa de una mujer), quería relajarme por lo que decidí aceptar, junto a la Marquesa y a su prima (igualmente noble e igualmente invitada) acudimos al lugar pactado antes de la hora señalada, la discoteca VooDoo en Jesús María; decidí ir a mojarme el cabello aprovechando la puntualidad excesiva... mala idea, no había agua.

Resumiré la siguiente hora en esta seguidilla de actividades, compré una tarjeta telefónica, saludé a mi amigo Erick Masters, saludé a otros invitados (que dicho sea de paso, no fueron muchos porque el poder de convocatoria de Masters está decayendo), y ya... hasta ese momento no había pasado nada... a sabiendas de que las fiestas no son mi fuerte puse mi mejor esfuerzo para pasar un buen rato, fui por una razón: "Erick Masters es uno de mis mejores amigos y no podía fallarle", me quedé por otra razón igual de valedera: "No tenía idea de cómo carajos irme de ahí".

A eso de las 10:50 entramos, un tipo grande me revisó a la entrada, recordé que ese es uno de los motivos por los que no suelo ir a estos lugares: no me gusta ser abrazado, menos si el que abraza es un tipo grande y mucho menos si no lo conozco... adentro habían algunos otros invitados, nadie presentó a nadie, me senté con la Marquesa y su prima en una mesa central.

En este momento debo hacer una aclaración, no soy hombre de ir a fiestas, en las fiestas se baila, se bebe, y se fuma... y no soy fanático (ni me interesa serlo) de ninguna de estas tres actividades... no bailo por tieso, no bebo por sano y no fumo por joder; como bien dice Daniel Titinger en el último número de Etiqueta Negra...

"Es curioso que el simple hecho de no bailar resulta a veces, en el calor de una fiesta, insoportable para la gente que le gusta bailar, y en parte no voy a fiestas porque no soporto que no me soporten."

Particularmente respecto al tema del baile debo decir que cuando nací me bendijeron con tantos dones (inteligencia superior, carisma inigualable, facilidad de aprendizaje, altura superior al promedio, etc) que no quedó espacio para el don de ser "buen bailarín" (lo cual me da bastante igual porque me parecen más útiles las otras aptitudes)... han intentado enseñarme diversos tutores, entre ellos la mismísima Marquesa que es una mujer experta en dichas artes, pero han fracasado gracias a mi cuerpo a-rítmico y mi apatía voluntaria respecto a estos asuntos.

Volvamos al relato, la fiesta empezaba y el bailoteo popular iba cobrando vida, sin embargo yo (que he tentado al ridículo en otras oportunidades aventurándome a bailar algunas veces en ocasiones similares) me encontraba pensando en (oh sorpresa) precisamente el mismo asunto (léase "la misma mujer") que me tenía mal y que indirectamente me hizo ir a la fiesta en primer lugar... esta noche no tenía ganas algunas de bailar. Me limité a observar las interacciones humanas... el bailoteo iba evolucionando en un vaivén orgiástico comunitario, mientras que yo seguía pensando en ella... el retumbar de la música acompañado por los pasos de enfervorizados concurrentes hacían temblar el suelo, poco a poco mis amigos salieron a bailar... me fui quedando sólo en la mesa con un sólo nombre en la mente, me daba igual; dentro de un momento me había quedado sentado al igual que los cobardes y los borrachos sin ser ni lo uno ni lo otro, veía a la multitud bailar y me preguntaba ¿por qué diantres se me ocurrió que podría relajarme en una fiesta?, yo no pertenezco aquí ni quiero pertenecer, nunca me gustaron estas cosas, ¿por qué pensé que esta vez podría ser diferente?... por primera (pero no última) vez en la noche pensé que habría sido mejor aceptar la invitación del Monopolio.

Un tipo con aspecto de cantante popular argentino bailaba con su chica, poco a poco los movimientos se hicieron más lentos y pegados, las manos del uno tocaban las curvas de la otra y viceversa; por todo el lugar habían chicas "abundantes" (es obvio lo que quiero decir), varias eran bastante simpáticas, me dije a mi mismo "hay tantas chicas lindas aquí, ¿por qué sigo pensando en la misma?", me respondí de inmediato "¡idiota!, tu detestas a las chicas que vienen a lugares como este"... tenía razón.

El suelo seguía retumbando, la Marquesa tomó un respiro de su baile (y por cierto bailó sólo con su prima, y un par de canciones con Erick Masters) y volvió a la mesa donde yo estaba para comentarme... "has visto como se mueve todo"; yo, efectivamente, lo había visto, y aproveché para intentar convencerla de que no se apoye en la mesa... el local entero seguía retumbando.

Aunque me encontraba sobrio ese sitio me estaba mareando, el suelo moviéndose, la música a todo volumen, la pestilencia de la nicotina que llegaba del otro lado, las luces creando efectos ópticos, "el argentino" recorría con las manos todos los recovecos del cuerpo de su novia, al otro lado tres chicas bailaban juntas en un ir y venir de protuberancias, un tipo intentaba pegarse lo más posible al cuerpo de su eventual pareja, empezaron a tocar la canción que dice que "tu amor me hace bien", y me hizo mal... quería salir de ahí, la Marquesa que continuaba a mi lado impedía mi fuga... "tu me retuviste en TÚ cumpleaños, ahora te quedas" fue su sentencia; pensé que debía ahogar las penas en el licor pero me acordé que soy abstemio y cambié de idea; la canción continuaba sonando en el lugar mientras los recuerdos sonaban en mi mente, la Marquesa seguía "te quedas, te quedas", le hice caso, no tenía ningún otro lugar a dónde ir...

Un tipo que me recordaba a un vendedor de hardware de Wilson empezaba a animar la fiesta, todos lo odiaron... (hasta momentos antes de que nos fuéramos la gente rogaba sin éxito para que se calle), yo le mentaba la madre a gritos aprovechando que el alto volumen de la música me cubría; poco a poco todos dejaron de bailar, unos porque querían beber, otros por el cansancio, todos por lo estúpido del animador... a las 2:30 la Marquesa me tomó de la mano y me sacó violentamente de ahí sin darme tiempo de hacer nada... había terminado el juego, irónicamente yo me quería quedar.

Ahora sentado frente al PC me parece curioso como, estando rodeado de mujeres, la única que me importaba (y me importa) era la que tenía en la mente; hace poquísimo llegué a mi casa, no bailé una sóla canción, mi ropa apesta a cigarros que no he fumado y a cerveza que no he bebido, aún así estoy contento, contento porque me divertí dentro de lo esperable pero sobretodo porque ahora falta mucho menos para poder hablar con la chica de mi mente, esta vez sin nadie haciendo nada a mi alrededor.

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MaTT

P.D.: Feliz Cumpleaños a mi amigo Erick Masters.
P.D.2.: Me duele la cabeza y tengo sueño, si no les gustó el post váyanse a... comprar pan.
P.D.3.: La chica que estuvo en mi mente y de la que he hablado tantas veces es aquella que ustedes están pensando.