En el "Baul de los Recuerdos" de MaTT, tengo unos cuantos artículos que escribí cuando era joven (más) y prosaico (XD), los subiré tarde o temprano.
Todos los errores (si es que hay) son del texto original, que no he querido corregir por respeto a mi Yo Anterior.
Lo más probable es que algunos detalles de mi pensamiento hayan cambiado de esa fecha hasta hoy pero es interesante ver como pensaba yo cuando era joven e idealista (además que así se ve que mi talento me acompañó por toda mi vida...XD).
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No hace mucho que aconteció y los rezagos del hecho aún quedan, el monumento con la imagen de Hernán Cortez y el nombre de Francisco Pizarro ha sido retirado y quizá borrado para siempre de la historia capitalina.
Si bien es cierto que el episodio de la conquista jamás podrá ser eliminado de la historia peruana-americana, el monumento ya no está allí y dudo mucho que vuelva; aquel omnipresente monumento que yo contemplaba cuando mi mamá me llevaba a enviar cartas ya no está y hay muchas cosas detrás de su simbolismo.
No quiero convencer a nadie de nada, sólo doy mi opinión, y personalmente no me importaba en lo más mínimo que el monumento estuviese allí, aquella estatua que se había convertido en eventual nido de palomas de Castilla ya era parte del “diseño arquitectónico” de la plaza que ahora ostentará según nuestro reciente alcalde Castañeda nuestra bandera actual y la bandera del Tahuantinsuyo (que en teoría no es original del Tahuantinsuyo sino que fue creada posteriormente y que ahora representa al orgullo gay) para infundirnos ese amor a la patria desmesurado y en ocasiones inconsciente y convencernos cada vez más de que “el Perú es Súper”.
Quizás la medida fue buena, las opiniones son divididas y yo no podría emitir una sentencia sobre si fue bueno o malo, según yo veo las cosas, el monumento no me molestaba en lo absoluto, de seguir allí no iba a mejorar mi estilo de vida y de sacarlo tampoco, era en cierta manera un recuerdo de los variopintos matices de la historia universal (no sólo americana o peruana), representaba la astucia, sagacidad, malicia en cierto grado y el deseo de aventura de uno de los “ignorantes barbudos” que llegaron a colonizar un pueblo que ya era una colonia bien estructurada, por otro lado, opino que no se puede usar el dinero que se necesita para algunas cosas en otras que talvez no tengan mayor relevancia (además nadie se ha percatado del ligero incremento de la tarifa telefónica).
A pesar de todo lo que se pueda decir u opinar, el monumento ya no está, las aves tienen una casa menos y un porcentaje de la población ha recuperado su “ego nacionalista” que a nadie daña (o quien sabe), yo no quisiera perder la estatua, y ya que la sacaron buena idea sería reubicarla al lado del edificio central de Telefónica para así demostrar que aunque le hacemos guerra a un conquistador muerto, a los conquistadores actuales de terno y corbata aún los dejamos acabar con los recursos de nuestro Imperio.
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