lunes, octubre 03, 2005

Artículo: Del Papa y el Poder

Este artículo se me quedó en el tintero desde la muerte del Papa, es como obvio que ya no va a tener tanta pegada como si lo hubiera posteado el mismo día, pero de todas formas si no lo posteo ahora no lo haré nunca.

Cuando murió el Papa Juan Pablo II, por más extraño que parezca varios amigos me dieron el pésame; es completamente obvio que pariente del Papa no soy, pero aún así la gente se lamentaba y me decía que lo sentía; amigos de OTRAS RELIGIONES me decían que lo sentían, yo mismo lo sentía a pesar de vivir a tantos kilómetros y a pesar que el Papa talvez no tuviese ni la más remota idea de mi existencia... todos los sentíamos.

Para nadie es secreto que yo siempre he soñado con poder, he querido poder, en mis más febriles fantasías he deseado poseer el mundo más el 50%, tener a todas las personas bajo mi control... siempre pensaba como podría lograrlo, ¿con grandes riquezas?, ¿con un ejército invencible?, ¿cómo?...

El día de la muerte del Papa me di cuenta que mis deseos estaban completamente equivocados, cuando él murió, los más grandes políticos y diplomáticos asistieron a verle, líderes religiosos no sólo católicos fueron a verle, la gente del mundo entero fue a verle, las cadenas informativas del planeta se paralizaron para informar sobre su muerte, y en estos lares, la gente común y corriente que yo conozco se paralizó también y sufrió su muerte... eso sin duda es poder, poder logrado sin grandes riquezas, sin ejércitos, es simplemente poder... ¿poder divino?, no sé, pero un sólo hombre, que ya no podía hablar, ni caminar sin ayuda, un insignificante hombre que en ese momento estaba en el agotamiento casi total de su fuerza física, un hombre que confiaba en Dios, un sólo hombre que al morir dijo "soy feliz, sedlo ustedes también", logró paralizar al mundo entero.

Eso es el verdadero poder, ese es el poder que debo (y debemos) aspirar a tener, el resto son detalles.

Aquella fue la última enseñanza que me dejó Juan Pablo II... descansa en Paz.

MaTT

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto sólo se puede entender con las palabras de Cristo: Quien quiera ser el primero que se ponga a servir a los demás.
El poder es para el servicio del hombre. Nadie como nuestro recordado Juan Pablo II lo ha demostrado tan claramente.
Totus Tuus!!

Anónimo dijo...

Excelente, al fin lo entendiste. Ya te lo dije por MSN:

SERVIR, NO SER SERVIDO.

MaTT dijo...

Gracias por los comentarios, poder para servir, suerte que lo entendí... me hacía falta.

MaTT